Me gusta. El vaho de sopa empañando los azulejos de la cocina. Me gusta. Sacudir el mantel y ver cómo cae igual que seda de paracaídas. Me gusta. Echar dos puñados de fideos y dejarlos reposar. Me gusta. Comprobar el asado. Me gusta. Colocar los cubiertos: cucharas y cuchillos a la derecha, tenedores a la izquierda, cucharillas de visera y vasos de corona en los platos. Me gusta. El florero con una rosa sin espinas.
Pero sobre todo, me gusta abrir el balcón al mediodía, acomodarme en la barandilla y esperar. Ver tu cuerpo diminuto, avanzando seguro sobre los zapatos de tacón, pararte y saludarme con la mano, antes de cruzar la acera y desaparecer en el portal. Y enseguida reaparecer a mi lado, y abrazarnos, y hablar: tú de cómo te ha ido en la oficina, yo de lo caro que estaba hoy el jurel en el mercado.
Pero sobre todo, me gusta abrir el balcón al mediodía, acomodarme en la barandilla y esperar. Ver tu cuerpo diminuto, avanzando seguro sobre los zapatos de tacón, pararte y saludarme con la mano, antes de cruzar la acera y desaparecer en el portal. Y enseguida reaparecer a mi lado, y abrazarnos, y hablar: tú de cómo te ha ido en la oficina, yo de lo caro que estaba hoy el jurel en el mercado.
***
"A mí me dijeron que había que traer el micro tuneado y me ha costado un huevo ¿eh?"
Está en manos de Manuespada, claro.
Blog de Lola: Lola Sanabria
3 comentarios:
Gracias, mi niña. Ha quedado genial.
Besos triples.
Y sales muy guapa Lolilla!!! ;-)
Besos
Me gusta. ¿qué más se puede decir? :-)
Saludillos
Publicar un comentario